Siddhapura, la isla blanca
Tíbet, en una pequeña aldea situada en la ladera de una montaña de la cordillera de los Himalayas, la montaña Khang-Tise, morada del dios Siva y su esposa Parvati. Una noche en la que el cielo estaba enfuruñado, con vientos cargados de aguanieve, se oyó el chillido de un niño que acababa de nacer. La comadrona lo limpiaba mientras cantaba una tradicional canción del lugar, al tiempo que el padre, un dokpa, un pastor llamado Seguir leyendo …